Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la https://anyaoewp490825.blogminds.com/el-cabezazo-de-zidane-que-marcó-la-final-del-mundial-35365732